Alfonso I
El Santo Grial quizás es la reliquia más afamada del cristianismo. Muchos han buscado el Grial. Y otros tantos han sido custodios del Grial. Precisamente uno de los custodios del Grial fue el rey que reconquistó en el 1118 Zaragoza. Me estoy refiriendo por supuesto a Alfonso I «El Batallador». Seguramente este rey fue el primer custodio del Grial. ¿Pero cómo podría ser Alfonso I el primer custodio del Grial? ¿Acaso no lo fue Jesucristo? Os aviso que en este artículo defenderé que realmente el rey Alfonso I, el reconquistador de Zaragoza, fue el primer custodio del Grial del que se tenga constancia.
Para afirmar lo que afirmo, parto de que la primera vez que se menciona la palabra «Grial» no es en la Biblia. Y es que en el Nuevo Testamento se menciona a una copa de la que bebieron los discípulos la sangre de Cristo, pero no se menciona al Grial.
Es doce siglos después de la muerte de Jesús cuando se hace la referencia al Grial. ¿Y quién es entonces el que menciona por primera al Grial? El que menciona por primera vez el Grial en fuentes escritas fue Chretien de Troyes en su novela «Perceval» o «La leyenda del Grial». En esta novela Perceval es un caballero de la mesa redonda del rey Arturo.
En uno de sus viajes Perceval acaba en el palacio del «Rey Pescador». El Rey Pescador es un personaje legendario que aparece en varias leyendas europeas. Es un rey herido, es un rey tullido. No puede utilizar sus piernas para andar. El único ejercicio que puede hacer el Rey pescador es pescar, de ahí su sobrenombre. Y del mismo modo que él está herido, también lo está su reino que pasa por un momento de decadencia.
Cuando Perceval visita al Rey Pescador, dicho rey es recibido con una ceremonia en la cual se le presentan una serie de reliquias o artilugios que le resultan muy intrigantes. Son una lanza que sangra, un plato de plata y un Grial. En la novela de Chritien no hay una descripción de como era ese «grial». Hoy en día asociamos la palabra grial con el cáliz que utilizó Jesucristo en la última cena pero en aquella época no se había usado antes esta palabra y por lo tanto no habría porque suponer que con grial se refería un cáliz.
Además, en la novela, cuando El Rey Pescado exhibe el grial, Perceval queda muy intrigado acerca de la naturaleza de este misterioso objeto. Perceval no llegó a preguntarle al Rey Pescador acerca de este sacro objeto. En el propio cuento de Perceval se explica que a los años este caballero se cruza con un ermitaño y este le abronca por no haber preguntado al rey por la naturaleza del grial.
Ha habido muchas especulaciones acerca de que era ese misterioso grial. Hay quien dice que era una cratera y que la palabra grial vendría de «gradalis» que en occitano significa «cratera». La cratera es una vasija que se usaba para contener vino (cumplía la función de garrafón en la Antigüedad). Hay que tener en cuenta que el grial es presentado en una ceremonia, en una fiesta. No sería una locura de pensar en ese contexto el rey pescador pidiera que le trajeran un recipiente lleno de vino.
Por otro lado hay teorías más fantasiosas en las que se dice que la lanza que sangra era la lanza de Longinvs, el plato de plata sería el plato en el que comió Jesucristo en la última cena, y el grial sería el cáliz de donde bebió Jesucristo en la última cena. No obstante, no hay pruebas certeras de que estos tres objetos fueran estas tres reliquias.
Bien, teniendo en cuenta que el cáliz es mencionado por primera vez en siglo XII, ¿cuándo se menciona por primera vez la existencia del cáliz en un lugar concreto? Obviamente en ese mismo siglo, el siglo XII. En el documento «Vida de de S. Lorenzo», escrito por Carreras Ramírez, Canon de Zaragoza, el 14 de diciembre de 1134. Allá se menciona que el cáliz está siendo custodiado en San Juan de la Peña en los Pirineos Aragoneses, muy cerca de la región francesa de Occitania donde se cree que los trovadores dieron vida a la historia que Chretien de Troyes puso por escrito.
Además justo el año en el cual se redactó este documento Alfonso I murió tras pasar unos meses de convalecencia y agonía fruto de una heridas recibidas tras una batalla contra los almorávides en el sitio de Fraga. ¿Acaso Alfonso I era ese rey herido, el rey Pescador, el cual podría haber recibido una visita mientras estaba mal herido de Perceval? O quizás no fue Perceval el que le visitó sino su primo Rotrou III du Vall de Perche. De este modo Rotrou III sería el que inspiraría la figura de Perceval del mismo que Alfonso I inspiraría al Rey Pescador.