Tras la caída del Califato de Córdoba se crearon 39 pequeños estados que ocuparon el territorio que había abarcado las tierras del Califa. Dichos pequeños estados han pasado a la historia con el nombre de “taifas”. Y sin lugar a dudas una de las taifas más importantes que existió por su duración en el tiempo, poder político y ebullición cultural fue la Taifa de Zaragoza. En el siguiente artículo de blog haremos un repaso de la historia de este reino musulmán.
Historia de la Taifa de Zaragoza
La capital de la Marca Superior. Antecedente de la Taifa de Zaragoza.
Tras la conquista musulmana de Zaragoza en el 714, esta ciudad se va a convertir en una de la más importantes de las ubicadas en el norte de Al Ándalus. Saraqusta fue la capital de la Marca Superior, una de las 3 divisiones administrativas de Al-Ándalus.
Saraqusta estaba alejada de Córdoba, la capital de Al-Ándalus. Por ello, no es de extrañar, qué desde los primeros años tras la conquista islámica, los gobernadores de esta ciudad van a ansiar desprenderse de las ataduras políticas que les unían a Córdoba.
Tal y como expliqué en el artículo de «la Zaragoza musulmana», el primer momento de tensión entre Saraqusta y el poder central andalusí se produjo a mediados del siglo VIII cuando el valí de Córdoba intentó imponer un gobernador sirio en Saraqusta. Esto sentó mal a la élite yemení que había sido predominante en el Valle del Ebro desde la conquista. En el 714 los saraqustíes de origen yemení organizaron una rebelión en la ciudad contra el nuevo gobernador elegido desde Córdoba.
En una ocasión la élite yemení de la ciudades de Zaragoza, Barcelona y Huesca llegaron incluso a negociar una alianza que tuvo como consecuencia «El asedio a Saraqusta de Carlomagno del 778».
Hubo también conflictos en siglo IX. Durante esta época la poderosa familia muladí de los Banu Qasi, se habían convertido en señores del Valle del Ebro. Estos emparentaron con la familia real de Pamplona y buscaron desprenderse en diversas ocasiones de las ataduras políticas que los unían al Emirato de Córdoba mediante rebeliones.
No obstante, los Banu Qasi no lograron sus objetivos y a finales del siglo IX los Banu Tuyib, les sustituirán como el clan más poderoso del Valle del Ebro. Esta familia de origen yemení, habiéndose asentado inicialmente en Daroca, expandieron su zona de influencia hasta Calatayud y finalmente amparados por Córdoba darán el golpe convirtiéndose en gobernadores de Saraqusta en el 890. Conocemos quien fue el primer gobernador tuyibí de Saraqusta, se llamó Muhammad Al-Anqar.
Durante la época del califato de Córdoba (929-1031), los gobernadores tuyibíes se mantuvieron en el poder.
La caída del Califato de Córdoba
Antes de abordar la historia de la Taifa de Saraqusta conviene abordar lo que le sucedió al califato cordobés en sus últimos años de existencia.
Resulta, que durante el reinado de Hisham II (976 – 1009) su chambelán Almanzor se hizo con el poder político que iba asociado al cargo de califa, convirtiendo al califa en una mera marioneta. Almanzor aniquiló a todos los rivales de la corte califal dejando un vacío de poder enorme cuando él murió en el 1.002.
Dicho vacío de poder lo intentaron llenar los hijos de Almanzor. Dichos hijos fueron Abd al-Málik al-Muzáffar y Abderramán Sanchuelo. Tras intentar Sanchuelo posicionarse como el heredero del califa se gestó una rebelión que acabó con su asesinato y el derrocamiento de Hisham II.
Tras esta rebelión vinieron otras y una docena de descendientes Abd al-Rahman III se proclamaron califas sin conseguir consolidarse en el trono. Finalmente, en el 1031 los poderosos de Córdoba decidieron poner fin al Califato y crearían un consejo de notables que gobernaría la ciudad durante los años siguientes.
Taifa de Zaragoza bajo los tuyibíes (1018 – 1046)
Dado el caos surgido en Córdoba, el gobernante tuyibí de la ciudad Mundir I, el cual había ganado mucha reputación luchando en el ejército de Almanzor, cortó los lazos políticos que le unían a Córdoba en el 1018. Mundir I acuñó moneda para el estado musulmán que acababa de crear. En dichas monedas aparecen inscripciones dedicadas al “háyib”.
“Háyib” era el cargo con el cual se intitulaban los reyes taifas de Saraqusta. Dicho cargo, aunque originalmente vendría a significar algo así como “chambelán”, desde que lo usó Almanzor había adquirido una connotación más prestigiosa incluso que la del título que vendría a significar rey en árabe que era el de “malik”.
El nuevo reino independiente abarcó inicialmente la actual provincia de Zaragoza y diversas poblaciones que actualmente forman parte de otras provincias como Soria, Medinaceli, Calahorra, Arnedo, Alfaro y Lérida.
Los tuyibíes no tuvieron un recorrido muy largo como reyes independientes de Saraqusta. El último tuyibí Abd Allah Ibn Hákam, no fue muy querido en la ciudad porque había llegado al poder tras asesinar a su primo Mundir II. El descontento de los saraqustíes contra este último tuyibí fue aprovechado por el gobernador de la taifa de Lérida Sulaymán ibn Hud al-Musta’in el cual convenció a los saraqustíes para que le hicieran su señor. Así llega la familia de los Banu Hud al poder de Saraqusta en el 1046.
Taifa de Zaragoza bajo los hudíes (1046 – 1110)
El reinado de al-Muqtádir en la Taifa de Zaragoza (1046 – 1081)
El sucesor de Sulaymán fue Abú Yáfar al-Muqtádir. Al-Muqtádir reinó entre 1046 y 1081. Su ascenso al trono significó inicialmente la perdida de Lérida la cual la heredó su hermano al-Múzzafar. Al Muqtádir conquistó Tortosa y Denia y sometió a vasallaje a Valencia. En consecuencia, el reino de Saraqusta abarcó, además del Valle del Ebro, la costa del Levante.
En el 1064 el Papa Alejandro II llamó a tomar la ciudad musulmana de Barbastro. Este llamamiento será la primera cruzada de la historia (anterior a la de Jerusalén). Los aragoneses en colaboración con ejércitos cristianos que venían de Cataluña, Francia e Italia arrebataron Barbastro a al- Muzzáfar, que era el hermano de al-Muqtádir y rey de la taifa de Lérida.
En respuesta al-Muqtádir lanzó una yihad para recuperar Barbastro en la que participaron musulmanes de toda Al-Ándalus. La victoria del rey taifa de Saraqusta hizo que ganase el sobrenombre de “al- Muqtádir bi-L·lah” (poderoso gracias a Alá).
Durante el reinado de Abú Yáfar al-Muqtádir se construyó el esplendoroso palacio de la Aljafería. El propio nombre de la Aljafería viene de Yáfar, el segundo nombre de al-Muqtádir. De Yáfar vendría “al-yafariya” y de “al-yafariya” se pasó a Aljafería.
En la Aljafería se encontraron grandes sabios del pujante mundo cultural andalusí. Entre dichos sabios estuvo el filósofo Avempace, el cual introdujo a Aristóteles en la filosofía árabe.
En el 1079 al-Muqtadir logró derrotar a su hermano Al-Muzzáfar y reintegrar Lleida en Saraqusta. Dicha reintegración duraría poco. Y es que tras morir Al-Muqtádir, dos hijos suyos se repartieron su reino. Al Mutamán se quedó con Saraqusta y Al Mundir con Lérida y con el Levante.
El reinado de Al Mutamán en la Taifa de Zaragoza (1081 – 1085)
A Al Mutamán parecía que le habían regalado un caramelo envenenado. Todos los señores cuyo territorio hacía frontera con Saraqusta se aliaron para atacar a Al Mutamán. Entre estos enemigos de Saraqusta se encontraba el rey Sancho Ramírez de Aragón, el conde Berenguer Ramón II de Barcelona y su propio hermano el rey taifa de Lérida Al-Mundir. No obstante, el inteligente Al Mutamán contrató a Rodrigo Diaz de Vivar, «El Cid», el mejor guerrero de su tiempo.
Las tropas saraqustíes y las mesnadas del Cid pudieron derrotar a la coalición de aragoneses, catalanes y musulmanes leridados en la batalla de Almenar del 1082. En esta batalla el conde de Barcelona fue hecho prisionero y seguramente liberado tras pagar una gran suma de dinero.
Durante el reinado de Al Mutamán hubo además una conspiración contra él. Su tío Al Muzzáfar, que estaba preso en Rueda de Jalón, conspiró prometiendo a Alfonso VI rey de León esta villa a cambio de que derrocara a Al Mutamán y le otorgaran a él la taifa de Saraqusta.
Cuando llegó Alfonso VI a Rueda, Al Muzzáfar había muerto. El gobernador de Rueda, que inicialmente estaba implicado en el complot, decidió repeler desde la fortaleza con flechas al ejército leonés matando a nobles cristianos importantes. Rodrigo Díaz de Vivar tuvo que acudir a Rueda para mediar con Alfonso VI. Finalmente, Alfonso VI se retiró.
Al Mutamán al igual que su padre, se rodeó en la Aljafería de sabios. Él además era un experto en filosofía, astrología y matemáticas.
El fin de la Taifa de Zaragoza (1085 – 1110)
Al poco tiempo de morir Al Mutamán, el Cid dejó la corte de Saraqusta. Hubo dos reyes más en la taifa de Saraqusta. Se llamaron Al-Mustaín II y Abdelmálik.
Al-Mústain II pudo lograr la supervivencia de la taifa pagando tributos al reino de León para que le protegiera contra los almorávides. Este rey taifa murió en la batalla de Valtierra del 24 de enero del 1110 contra Alfonso I.
Abdelmálik, en cambio, no pudo contener la facción proalmorávide que se había creado en el reino. Dicha facción detestaba el hecho de que la taifa tan solo podía sobrevivir si entregaba dinero a los cristianos. Los proalmorávides colaboraron con los almorávides para en mayo del 1110 derrocar a Abdelmálik e integrar Saraqusta en el Imperio almorávide.
En la batalla de Alcoraz de 1096, Pedro I de Aragón conquistó Huesca. Finalmente, en el 1110 los almorávides toman la Aljafería dando fin a la taifa independiente de Saraqusta. 8 años después Alfonso I “el Batallador” conquistó Zaragoza poniendo fin al gobierno musulmán de la ciudad.
Fuentes bibliográficas
Fras, M. J. C. (1999). El Reino de Saraqusta. Caja de Ahorros de la Inmaculada.
F. (2021, 7 agosto). Dos dinares de oro aclaran sobre la «fitna de al-Ándalus». FUNCI – Fundación de Cultura Islámica. https://funci.org/dos-dinares-de-oro-arrojan-nueva-luz-sobre-la-fitna-de-al-andalus/